Como si fuera un rey.
Pintarlo con la mayor elegancia que se pueda.
Antes de ver una pintura, quiero que sientan su nobleza.
Campesino peruano Retrato al óleo por Gustavo González Echeverría Lima Perú
Dando prestancia al personaje simbólico del campesino que trabaja la tierra para nuestro bienestar.
Con enfoque, con detalle en la persona que tengo delante, sin abstraerlo como una problemática social, histórica y cultural del Perú. Dar realismo a la persona, con su mirada, sus rasgos y vestimenta; incluso me encantó la suciedad de las uñas, demostrando su quehacer con la tierra, un ser elemental e imprescindible de nuestro ecosistema.
El modelo es un amigo mio, Arturo es una persona real, y es de Pampachiri.
Distrito de la Provincia de Andahuaylas ubicada en el departamento de Apurímac,en el sur del Perú.
Arturo trabaja en la residencial donde vivo, y conozco su forma de ser . Un trabajador padre de familia muy noble y serio. Estaba seguro que su personalidad sería bien aprovechada en un retrato que representara al trabajador del campo.
Pienso que al descubrir la belleza del hombre anónimo, le daré grandeza en un cuadro, le daré atención y merecido aprecio entre los citadinos distraídos en lo superficial muchas veces.
Un personaje fuera de este entorno casi antinatural, hombre del pasado por su pobre sofisticación que le mantiene en contacto con las plantas, con el clima, el agua y el tiempo.
Una persona real, que convive con la naturaleza, con los animales y plantas; alguien que nos encara con su imagen de gesto inocente, limpio y melancólico.
Así quería ofrecerlo en una pintura de estilo realista, de claroscuro modulado y un fondo sereno.
Así quería ofrecerlo en una pintura de estilo realista, de claroscuro modulado y un fondo sereno.
La pintura en concreto me tomó dos meses de trabajo de taller.
Con varias fotografías referenciales fui dibujando la idea básica de la proporción y postura.
Procuré dar naturalidad a las extremidades y manos con respecto al cuerpo y cabeza, aunque siempre dependerá del ángulo de visión del espectador.
Campesino peruano Retrato al óleo por Gustavo González Echeverría Lima Perú
El estudio en pequeño para ver las posibilidades del cuadro, y al lado el lienzo con el dibujo a mano alzada en carboncillo.
Sombras indicadas y contornos firmes para iniciar el empaste.
Un estudio preliminar del personaje, en su postura haciendo un triángulo, en tres cuartos el cuerpo y rostro.
La grisalla
El empaste de la capa inicial, siguiendo la técnica clásica. Una grisalla colorida con violáceos.
Abajo vemos el momento en que resuelvo el fondo por masas de tonos que generarán la atmósfera del claroscuro.
La capa de grisalla me sirve para las soluciones del tono en la composición de la imagel general.
La mirada y gesto fue apareciendo de una forma lastimosa, con mucha expresión de tristeza. Esto ya se notaba desde las fotografías, aunque me pareció hermoso dar un intenso sentimiento al retrato de esta forma.
Las sombras cubrirían gran sector del rostro, desde la sombra del rostro a la izquierda y la del sombrero sobre los ojos haciendo un efecto de misterio sobre el rostro.
Algunos dibujos que necesité para el cuadro.
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Face de la grisalla sobre el lienzo.
Las manos son gran parte del retrato en este personaje, tenían la importancia y la rudeza acorde con las de un campesino.
Las trabajé con especial realismo, dando los detalles anatómicos pero siempre viéndolas como un elemento plástico, con el peso de su simbolismo sin exagerar el detalle vulgar.
Veladuras al óleo
La face de veladuras, un añadido de color semitransparente sobre la grisalla ya seca.
Tres sesiones después, el retrato tiene un aspecto de ambiente cálido.
Se debe dejar secar la capa anterior unas semanas para poder dar otra veladura.
El aumento en el detalle de tonos de las sombras y contrastes importantes de la composición, son los factores que me encantan de este método antiguo.
Prefiero por mucho el acabado mas clásico de la escuela flamenca y veneciana al acabado de la pintura actual, de solución rápida y efecto mas plano.
Para Arturo trabajé un acabado sólido en las sombras netas que demarcan el gesto corporal en el claroscuro, y las veladuras permitieron la delicadeza del color en los valores intermedios, y sobre todo en sombras suaves.
Expuse este cuadro dos veces.
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